Hoy, cumplir con los permisos legales y tener un plan de sostenibilidad ya no es suficiente. Cada vez más empresas descubren —a veces de la peor manera— que operar sin una licencia social real y sostenida puede poner en riesgo toda su inversión.
En este artículo te contamos qué significa tener licencia social para operar, cómo se pierde (incluso sin darse cuenta) y por qué este concepto se ha vuelto crítico en entornos complejos y territorios activos.
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¿Qué es la licencia social para operar?
No es un documento, ni un certificado. Es una forma de validación social no escrita que permite que una empresa funcione con legitimidad en un territorio.
La licencia social no se impone ni se gestiona como una campaña de comunicaciones. Se gana, se mantiene y se puede perder.
¿Por qué es relevante para tu organización?
Porque sin ella, tu proyecto puede enfrentar:
- Conflictos con comunidades incluso si cumples la ley.
- Pérdida de reputación, afectando tu relación con actores clave.
- Dificultades en la continuidad operativa, por bloqueos o falta de legitimidad.
- Desconfianza interna, especialmente cuando trabajadores viven en los mismos territorios donde se cuestiona la empresa.
¿Cómo saber si ya la perdiste (o nunca la tuviste)?
Aquí algunas señales de alerta:
- Te enteras de los problemas cuando ya son públicos.
- Tus colaboradores evitan hablar con la comunidad.
- Las organizaciones sociales clave no te consideran actor relevante.
- Cambias constantemente al responsable de vinculación territorial.
- La participación ciudadana es solo una etapa, no una práctica continua.
Construir licencia social: lo que realmente funciona
Una estrategia efectiva de relacionamiento no se basa en “aparecer con soluciones”, sino en reconocer el poder de los otros actores y trabajar con ellos.
Estos son los principios básicos que aplicamos en THO:
- Presencia anticipada: llegar antes del conflicto.
- Escucha real: no solo para responder, sino para transformar.
- Diseño conjunto: no imponer, sino co-crear.
- Cumplimiento riguroso: lo prometido es deuda, incluso cuando incomoda.
- Relación continua: estar más allá del proyecto o la etapa crítica.
¿Qué obtienes al tener una licencia social viva?
- Una comunidad que te nombra incluso cuando no estás.
- Un entorno que entiende tu operación y la respeta.
- Aliados territoriales que previenen conflictos.
- Equipos internos más orgullosos y conectados con su rol.
En resumen: no hay operación sostenible sin licencia social
La inversión en procesos de relacionamiento comunitario no es filantropía. Es una estrategia de continuidad operacional, de reputación institucional y de legitimidad social.
¿Estás gestionando tu licencia social o estás asumiendo que la tienes?
En THO ayudamos a organizaciones a responder esta pregunta con honestidad y método.
Si quieres saber cómo empezar a construir una estrategia que funcione más allá del PowerPoint, hablemos.
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